miércoles, 20 de mayo de 2009

El género perdido

Me canso de ver más y más cintas de terror o suspenso en las que nada ocurre, nada resulta interesante, todo es efímero y superficial y esto hace que la película sea pobre en contenido, actuaciones, efectos y principalmente en su trama.
¿Qué mejor para los amantes de este género como yo que pegar un buen salto de la butaca ante un escena inesperada?. Ese precisamente parece ser el problema. Últimamente las cintas de “terror” que he visto no provocan ni la mitad de tal reacción. Los clásicos de terror como “Freddy”, “Jason”, “Scream”, “Los Critters”, “El Exorcista” ni se comparan con las producciones de hoy en día, y tampoco ha pasado tanto tiempo como para diferenciarse a groso modo.
También está el caso de las famosas “remakes” de los viejos clásicos, que son aún peor que las cintas nuevas de los últimos años. En vez de embellecer la historia con artificios tecnológicos y más contenido, lo único que hacen es hundirla al punto de hasta causar el rechazo del público que durante muchos años amó el clásico original. Algo similar me ocurrió con “King Kong”, que no parece una mala película pero sí inferior al gran clásico. Otro caso emblemático es el de “Cloverfield”, que si bien destaqué en su momento sus puntos positivos y detalles excelentes, me quedo toda la vida con el clásico.
Falta nada más que hagan remakes de remakes de remakes de remakes y así el cine estaría hecho. Sería el elemento que falta para la total destrucción del género y a su vez de la creatividad. Nunca le encontré ningún atractivo a hacer o ver remakes.
Sensación similar tuve al ver “Alien vs Predator”(al igual que "Freddy vs Jason"). Esa cinta es una obra maestra, pero no del terror, sino de los efectos y la carencia de sustancia y esencia. Tengo que reconocer que fue interesante ver a dos asesinos por naturaleza y referentes del género luchando con sus recursos y armas más características. Pero la verdadera cuestión es que no es una película de terror sino de acción, y situarla en ese género es lo más acertado que podemos hacer. Qué bien que se los veía en películas separadas, con tramas distintas y como monstruos diferentes, cada uno con su estilo, esencia y maldad características. Pero aquí no se los discrimina sino que son dos masas de carne y hueso (y ácido verde en el caso de Alien) tratando de demostrar quién es el mejor en todo esto. Y la verdad es que los dos son los mejores en lo que hacen, pero aisladamente.
Recuerdo una anécdota muy graciosa a partir de la cual se va a entender porqué soy tan exigente en cuanto a ser partidaria del buen terror. De muy chica me embriagaba de películas sobre extraterrestres hostiles que venían a la Tierra a matarnos. Los ataques eran tan perfectos que hasta causaban admiración, pero después de eso lo único que conseguía hacer era dar vueltas y más vueltas en mi cama sin poder pegar un ojo en toda la noche. Consecuencia de ello era pasarme a la cama de mis padres y allí si poder conciliar el sueño, como todo infante. He aquí un claro ejemplo de lo que estoy diciendo.


El gore y los zombies

La trama de los muertos caminando está demasiado trillada. Al ir al cine pretendiendo encontrar una buena cinta de terror, siempre vemos lo mismo. Si pensamos por un momento todos los títulos de este tipo de films, seguramente en un minuto se nos ocurren cuarenta. Y esto no se puede festejar. Es totalmente deprimente que esos cuarenta títulos se parezcan (por no decir que son exactamente iguales). Pero lamentablemente el género es rentable y accesible.
Con el gore (que no termina de ser terror) la sensación es distinta. En este género, relacionado por lo general con las cintas clase B o Z, todo puede ocurrir. Desde ver sangre en proporciones exageradas, hasta la más desmedida violencia, criaturas deformes caminando por la calle y todo lo inimaginable, digno de un director con mente retorcida. Pero esto no molesta, ya que el gore siempre toca temas muy variados. Para citar un ejemplo, la última película gore que me fascinó es “Planet Terror” o la espectacular “Death Proof”, que son relativamente actuales pero que distan mucho de las demás producciones gore. Quizá por el hecho de ser el resultado de dos mentes brillantes del género como son Quentin Tarantino desde “Kill Bill” y Robert Rodriguez, ambos del proyecto Grindhouse. También podría nombrar como buen gore a las cinco “Saw”, pero fue una gran desilusión ver que la historia continuaba como una burla al público y que se quería seguir con algo que ya nunca sería igual a la primera parte.
Resumiendo… terror propiamente dicho ya no hay, salvo raras excepciones europeas con mucho esfuerzo. Por ende ni me gasto en ir al cine a ver algo de este estilo, ni siquiera confío en los nuevos directores que nos brindan sólo vestigios de lo que fue el verdadero género. Obras maestras son las de James Cameron, Alfred Hitchcock, M. Night Shyamalan, y George A. Romero, entre otros, y a veces entra en esta categoría el suspenso de Stephen Spielberg con su "Cuentos Asombrosos".
Cintas como “The Grudge” y "Blairwitch” nunca tendrían que dejar de existir como claros ejemplos a seguir de una película de terror propiamente dicha, como manual de procedimiento, como el “know how” de la cuestión. ¡Que vuelva el verdadero terror! Que no es que haya desaparecido, sino que está escondido quién sabe donde, y que seguramente habrá algún director digno que lo sepa rescatar y devolvérnoslo.

viernes, 15 de mayo de 2009

El origen de todo

A Gavin Hood le salió todo redondo. La idea de volver la mirada hacia los orígenes de los mutantes más famosos mundialmente y hacer una precuela es un buen negocio, y más dirigiendo a Wolverine, el personaje más emblemático de la historia de los X-Men.
La cinta vista en cine es espectacular, con sonido envolvente, efectos certeros y un Hugh Jackman salvaje, desenfrenado pero enamorado. Esto es precisamente lo que los fans del comic quisieron encontrar.
Wolverine volvió con todo, más que volver empezó con todo. Su pasado resulta mucho más interesante que su presente, que ya es conocido por todos y es un factor constante. Wolvie siempre hace las mismas cosas, deslumbra, pero no cambia sus poderes ni su esencia. Aquí es diferente, se transforma constantemente, asombra con cada escena.
La trama se desarrolla con el tiempo justo y es muy completa. Estamos acostumbrados a Hollywood, a ver los hechos como si estos estuvieran jugando una carrera contra el tiempo, y aquí no podría decir lo mismo. Los toques de humor son los adecuados para una cinta de estas características, que a veces necesita algo distinto en medio de tanta fantasía que hubiera aburrido un poco, hay ciertas tomas románticas y una variedad de actores muy amplia cuyas apariciones son magnificas.
Las escenas donde se muestra al hermano de Logan son formidables para la combinación de dos animales en la trama. Esta aparición se contradice en su contenido, pero esta contradicción es la que después nos hace entender muchas cosas. ¿Este personaje está a favor o en contra de su hermano?, ¿Cómo se hace indestructible Wolvie?. Demasiados interrogantes que no se solucionan hasta después de la mitad de la cinta.
Wolverine también nos trae otra clase de dudas que pueden bajar unos puntos a la cinta.
En primer lugar, cada vez que Wolvie clava sus garras en el cuerpo de otro estas salen limpias, es decir sin sangre. Los poderes de los mutantes seguían vivos a pesar de ellos estar muertos. Y así sucesivamente. Esto podemos atribuírselo a la “magia del cine”, pero no creo que esa excusa encuadre esta vez.
Sólo queda disfrutar de la cinta, contemplar con atención los personajes y dejarse llevar por la magia de Wolverine, que enriquece mucho al film sin la necesidad de recurrir a los otros X-Men. Impactante, impresionante, Hugh Jackman increíblemente bien personificado, peliculón… pero ojo con los errores. Verla es una mezcla irremediable de sentimientos. Hay veces en que nos parece una cinta excelente, pero hay otras en que le cambiaríamos más de una cosa.




--- SI ---

martes, 21 de abril de 2009

El otro cine

Después de meses de carecer de inspiración alguna para comentar films (mas no de apreciarlos) he decidido hacerle una cálida mención a uno de los festivales de Cine Independiente más destacados de los últimos tiempos.
Sin duda, el BAFICI (este año el número 11 - del 30 de marzo al 5 de abril) se vuelve cada vez más interesante con el paso del tiempo. Y más aún para los estudiantes, atraídos por su “casi gratis” ticket para disfrutar de las más extrañas obras de arte del cine independiente.
Llegué al Abasto sin interiorizarme acerca de los nombres ni de los horarios de funciones de las películas. Sólo hice lo que hago año tras año: al llegar, me siento en uno de esos inmensos sillones de la sala del shopping, agarro el catálogo y comienzo a pispiar los nombres. Hay para todos los gustos, pero coincidí con mis compañeros en ver “Iraqui Short Films”, una estremecedora cinta que no fue filmada, sino recolectada escena por escena cual rompecabezas por su “director”, y editada para su proyección final en este certamen.
Cinta de casi dos horas y media de duración, extensa en sus tomas, con ausencia de banda sonora, pero todo esto se justifica. Por más que las escenas no desparramen sangre, no muestren cabezas cortadas ni muertos, la contundencia de ellas nos llega (y llena) al mismo tiempo.
Al charlar con su mentor al final de función entendí el porqué de todo este alboroto cinematográfico. Él no necesitaba ni deseaba mostrar la violencia de la guerra entre Irak y los Estados Unidos, material que puede encontrar cualquiera de nosotros en internet, sino que se focalizó en mostrarnos la mentalidad y psicología de cada uno de los bandos con imágenes viscerales. Allí es cuando comenzamos a entender el suceso de una manera muy distinta, a ver las aberraciones tal como suceden, sin filtros, pero con ninguna idea ni concepto directo, todo se nos insinúa, es implícito y hay que saber encontrarlo, mirarlo e interpretarlo.
Ya con los fuertes ruidos, las explosiones, los escasos diálogos y festejos nos hacemos la idea de que en realidad no entendimos nunca la guerra, no le dimos la gravedad que merecía, porque solemos ser y tomarnos las cosas así, de lejos, con más prejuicios que razones fundamentadas.
Desafortunadamente esta cinta no se podrá encontrar en los grandes clubes de video, ni en el cine convencional, sólo su dueño la tendrá en su poder y no realizará copias. La idea de este tipo de cine también se basa en eso: en conservar el trabajo propio, atesorarlo y no hacerlo demasiado público, en otras palabras, no enriquecerse con ello, sino de ello, de su labor como director, de pertenecer al certamen y de hacernos llegar a todos nosotros un cine distinto, un cine que la mayoría de nosotros nunca ve.

viernes, 20 de febrero de 2009

Cuando la imaginación libera el alma

Todo lo que queda de Jean-Dominique Baudy es su cabeza… su mente tan consciente y despierta no lo lleva a la desesperación ni al suicidio ante su inminente situación.
Conserva intacto su espíritu activo, sus ideas e inspiración fluyen mejor que nunca y su ojo izquierdo le permite ver las cosas de distinta manera.
Jean-Dominique (Mathieu Amalric) tiene 43 años, era el redactor jefe de la prestigiosa revista francesa Elle y su vida parecía destinada al éxito eterno, con una vida asegurada por el dinero, su familia y su trayectoria internacional. Pero el destino de una persona puede cambiar y de la manera más aterradora. Luego de una terrible embolia, posterior infarto y parálisis total, lo único seguro que tiene además de la muerte es su imaginación y su memoria, las cuales le permiten no sentirse tan prisionero de su propio cuerpo.
Jean padece de “síndrome del cautiverio”, según lo que le diagnosticaron los médicos, e intentará por todos los medios de ir más allá de todo, viajando con su mente a los lugares más hermosos del mundo, en compañía de las personas más significativas en su vida, y contando palabra por palabra la aventura de un personaje tan famoso como desdichado, postrado en una cama de hospital, con asistencia hasta para respirar.
Es así como decide escribir un libro “Le Scaphandre et le Papillon” (“La escafandra y la mariposa” del mismo nombre que la película) inspirado en sí mismo. Describirse tal cual es por dentro, pero con las diferencias y carencias físicas actuales. El tacto, gusto y habla vuelven a existir para este hombre caído físicamente pero erguido espiritual y mentalmente que sufrió un desgracia pero que al mismo tiempo volvió a nacer.
Claude (Anne Consigny) escribirá cada palabra, cada párrafo y cada página de su historia, y encontrará en él el mejor compañero, el hombre más tierno, la persona más fiel y el mejor autor y escritor de todos los tiempos. Letra por letra irá hilando esta historia que deja mucho más que un sabor amargo en la boca; nos deja la terrible sensación de que con la imaginación se puede construir cualquier cosa que deseemos por más dura y triste que sea nuestra situación o circunstancia de la vida. Siempre hay un camino, una claridad al final de él, alguien que nos guía y nos ilumina en el laberinto de incertidumbres. Claude fue contratada para cuidar de Jean las 24 horas del día, llevarlo de paseo, hablarle, incentivarlo a escribir, ayudarlo a terminar su misión antes de morir, y entre ellos nacerá una profunda y tierna relación. Claude fue elegida como la persona indicada para pasar los últimos momentos con Jean.
Los tratamientos, los médicos, los estudios diarios… todo eso lo ha cansado al punto de desear desde lo más profundo liberarse de su “escafandra” y poder batir sus alas cual “mariposa” que recién comienza a explorar un nuevo mundo usando todo lo imaginablemente posible.
Impresionante caracterización del actor, increíble su actuación, su cálida voz, su diálogo, conmovedoras expresiones, escenas que ponen la piel de gallina; realmente su mejor papel, sumado a una banda sonora excelente, de la cual se destaca Ultraviolet (Light my way) de la banda irlandesa U2, acorde y relacionada, también presente en el web site oficial de la película: www.laescafandraylamariposa.es
Con 4 nominaciones a los Oscar (mejor director: Julian Schnabel , mejor guión adaptado, mejor fotografía, mejor montaje), Festival de Cannes (mejor director y ganadora de dos Globos de Oro (mejor película extranjera y mejor director), esta cinta francesa se lleva los méritos de los exuberantes exteriores de playas y terrazas, una ambientación excelente y dramática, y simbolismos por doquier (lo mejor del film).
Entonces… ¿cuándo fue la última vez que una película cambió tu forma de ver la vida?






--- SI ---