martes, 21 de abril de 2009

El otro cine

Después de meses de carecer de inspiración alguna para comentar films (mas no de apreciarlos) he decidido hacerle una cálida mención a uno de los festivales de Cine Independiente más destacados de los últimos tiempos.
Sin duda, el BAFICI (este año el número 11 - del 30 de marzo al 5 de abril) se vuelve cada vez más interesante con el paso del tiempo. Y más aún para los estudiantes, atraídos por su “casi gratis” ticket para disfrutar de las más extrañas obras de arte del cine independiente.
Llegué al Abasto sin interiorizarme acerca de los nombres ni de los horarios de funciones de las películas. Sólo hice lo que hago año tras año: al llegar, me siento en uno de esos inmensos sillones de la sala del shopping, agarro el catálogo y comienzo a pispiar los nombres. Hay para todos los gustos, pero coincidí con mis compañeros en ver “Iraqui Short Films”, una estremecedora cinta que no fue filmada, sino recolectada escena por escena cual rompecabezas por su “director”, y editada para su proyección final en este certamen.
Cinta de casi dos horas y media de duración, extensa en sus tomas, con ausencia de banda sonora, pero todo esto se justifica. Por más que las escenas no desparramen sangre, no muestren cabezas cortadas ni muertos, la contundencia de ellas nos llega (y llena) al mismo tiempo.
Al charlar con su mentor al final de función entendí el porqué de todo este alboroto cinematográfico. Él no necesitaba ni deseaba mostrar la violencia de la guerra entre Irak y los Estados Unidos, material que puede encontrar cualquiera de nosotros en internet, sino que se focalizó en mostrarnos la mentalidad y psicología de cada uno de los bandos con imágenes viscerales. Allí es cuando comenzamos a entender el suceso de una manera muy distinta, a ver las aberraciones tal como suceden, sin filtros, pero con ninguna idea ni concepto directo, todo se nos insinúa, es implícito y hay que saber encontrarlo, mirarlo e interpretarlo.
Ya con los fuertes ruidos, las explosiones, los escasos diálogos y festejos nos hacemos la idea de que en realidad no entendimos nunca la guerra, no le dimos la gravedad que merecía, porque solemos ser y tomarnos las cosas así, de lejos, con más prejuicios que razones fundamentadas.
Desafortunadamente esta cinta no se podrá encontrar en los grandes clubes de video, ni en el cine convencional, sólo su dueño la tendrá en su poder y no realizará copias. La idea de este tipo de cine también se basa en eso: en conservar el trabajo propio, atesorarlo y no hacerlo demasiado público, en otras palabras, no enriquecerse con ello, sino de ello, de su labor como director, de pertenecer al certamen y de hacernos llegar a todos nosotros un cine distinto, un cine que la mayoría de nosotros nunca ve.